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MAESTRO

Música-Listas

Dad gracias al Dios del cielo, porque es eterna su misericordia

domingo, 26 de diciembre de 2010

VIDA ETERNA EN CRISTO


 Esta es la Vida eterna:

 ¡¡Que te conozcan a ti Padre y  al que tu enviaste: 
Jesucristo  Nuestro Señor!!

-Ni me conocéis a mí ni a mi Padre; si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre(Jn8)

 


 La Casa del Padre, 
Nuestra Casa en el Corazón De Dios.

LLEVÁME AL CIELO:http://www.Imp3-V1.1.html







 1- Dice el Papa Benedicto XVI:

«Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo» (Ef 1, 3). Estas palabras de san Pablo nos introducen muy bien en la gran novedad del conocimiento del Padre, tal como se desprende del Nuevo Testamento.
 Aquí Dios se muestra con su rostro trinitario. Su paternidad ya no se limita a indicar la relación con las criaturas, sino que expresa la relación fundamental que caracteriza su vida íntima; ya no es un rasgo genérico de Dios, sino una propiedad de la primera Persona en Dios. 
Efectivamente, en su misterio trinitario, Dios es padre por esencia, padre desde siempre, en cuanto que desde la eternidad engendra al Verbo consubstancial con él y unido a él en el Espíritu Santo, «que procede del Padre y del Hijo». Con su encarnación redentora, el Verbo se hace solidario con nosotros precisamente para introducirnos en esa vida filial que él posee desde la eternidad. «A todos los que lo acogieron —dice el evangelista san Juan— les dio poder para llegar a ser hijos de Dios» (Jn 1,12) 
San Pablo nos da algunos detalles de la resurrección y venida de Cristo. No sabe bien el momento ni cuando exactamente, pero pronto y así:



1 Por lo demás, hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús a que viváis como conviene que viváis para agradar a Dios, según aprendisteis de nosotros, y a que progreséis más.2 Sabéis, en efecto, las instrucciones que os dimos de parte del Señor Jesús.
3 Porque esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación; que os alejéis de la fornicación,4 que cada uno de vosotros sepa poseer su cuerpo con santidad y honor,5 y no dominado por la pasión, como hacen = los gentiles que no conocen a Dios. =
6 Que nadie falte a su hermano ni se aproveche de él en este punto, pues el Señor = se vengará = de todo esto, como os lo dijimos ya y lo atestiguamos,7 pues no nos llamó Dios a la impureza, sino a la santidad.
8 Así pues, el que esto deprecia, no desprecia a un hombre, sino a Dios, = que os hace don de su Espíritu = Santo.
9 En cuanto al amor mutuo, no necesitáis que os escriba, ya que vosotros habéis sido instruidos por Dios para amaros mutuamente.
10 Y lo practicáis bien con los hermanos de toda Macedonia. Pero os exhortamos, hermanos, a que continuéis practicándolo más y más, 11 y a que ambicionéis vivir en tranquilidad, ocupándoos en vuestros asuntos, y trabajando con vuestras manos, como os lo tenemos ordenado,12 a fin de que viváis dignamente ante los de fuera, y no necesitéis de nadie.
13 Hermanos, no queremos que estéis en la ignorancia respecto de los muertos, para que no os entristezcáis como los demás, que no tienen esperanza.

14 Porque si creemos que Jesús murió y que resucitó, de la misma manera Dios llevará consigo a quienes murieron en Jesús.

15 Os decimos eso como Palabra des Señor: Nosotros, los que vivamos, los que quedemos hasta la Venida del Señor no nos adelantaremos a los que murieron.

16 El Señor mismo, a la orden dada por la voz de un arcángel y por la trompeta de Dios, bajará del cielo, y los que murieron en Cristo resucitarán en primer lugar.

17 Después nosotros, los que vivamos, los que quedemos, seremos arrebatados en nubes, junto con ellos, al encuentro del Señor en los aires. Y así estaremos siempre con el Señor.

18 Consolaos, pues, mutuamente con estas palabras.

1 En lo que se refiere al tiempo y al momento, hermanos, no tenéis necesidad que os escriba.

2 Vosotros mismos sabéis perfectamente que el Día del Señor ha de venir como un ladrón en la noche.
3 Cuando digan: "Paz y seguridad", entonces mismo, de repente, vendrá sobre ellos la ruina, como los dolores de parto a la que está encinta; y no escaparán.

4 Pero vosotros, hermanos, no vivís en la oscuridad, para que ese Día os sorprenda como ladrón,
5 pues todos vosotros sois hijos de la luz e hijos del día. Nosotros no somos de la noche ni de las tinieblas.
6 Así pues, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios.

7 Pues los que duermen, de noche duermen, y los que se embriagan, de noche se embriagan.
8 Nosotros, por el contrario, que somos del día, seamos sobrios; = revistamos la coraza = de la fe y de la caridad, = con el yelmo = de la esperanza = de salvación. 

9 Dios no nos ha destinado para la cólera, sino para obtener la salvación por nuestro Señor Jesucristo,
10 que murió por nosotros, para que, velando o durmiendo, vivamos juntos con él.



..............y hablando del cielo:                  

.....dice el Papa................ 

 2. En el lenguaje bíblico el «cielo», cuando va unido a la «tierra», indica una parte del universo. A propósito de la creación, la Escritura dice: «En un principio creo Dios el cielo y la tierra» (Gn 1, 1). 
En sentido metafórico, el cielo se entiende como morada de Dios, que en eso se distingue de los hombres (cf. Sal, 104, 2 s; 115, 16; Is 66, l). Dios, desde lo alto del cielo, ve y juzga (cf. Sal 113, 4-9) y baja cuando se le invoca (cf. Sal 18, 7. 10; 144, 5). Sin embargo, la metáfora bíblica da a entender que Dios ni se identifica con el cielo ni puede ser encerrado en el cielo (cf. 1R 8, 27); y eso es verdad, a pesar de que en algunos pasajes del primer libro de los Macabeos «el cielo» es simplemente un nombre de Dios (cf. 1M 3, 18. 19. 50. 60; 4, 24. 55). 

A la representación del cielo como morada trascendente del Dios vivo, se añade la de lugar al que también los creyentes pueden, por gracia, subir, como muestran en el Antiguo Testamento las historias de Enoc (cf. Gn 5, 24) y Elías (cf. 2R 2, 11). Así, el cielo resulta figura de la vida en Dios. En este sentido, Jesús habla de «recompensa en los cielos» (Mt 5, 12) y exhorta a «amontonar tesoros en el cielo» (Mt 6, 20; cf. 19, 21). 


3. 
El Nuevo Testamento profundiza la idea del cielo también en relación con el misterio de Cristo. Para indicar qué el sacrificio del Redentor asume valor perfecto y definitivo, la carta a los Hebreos afirma que Jesús «penetró los cielos» (Hb 4, 14) y «no penetró en un santuario hecho por mano de hombre, en una reproducción del verdadero, sino en el mismo cielo» (Hb 9, 24). Luego, los creyentes, en cuanto amados de modo especial por el Padre, son resucitados con Cristo y hechos ciudadanos del cielo.  

Vale la pena escuchar lo que a este respecto nos dice el apóstol Pablo en un texto de gran intensidad: 
«Dios, rico en misericordia, por el grande amor con que nos amó, estando muertos a causa de nuestros pecados, nos vivificó juntamente con Cristo —por gracia habéis sido salvados— y con él nos resucitó y nos hizo sentar en los cielos en Cristo Jesús, a fin de mostrar en los siglos venideros la sobreabundante riqueza de su gracia, por su bondad para con nosotros en Cristo Jesús» (Ef 2, 4-7). Las criaturas experimentan la paternidad de Dios, rico en misericordia, a través del amor del Hijo de Dios, crucificado y resucitado, el cual, como Señor, está sentado en los cielos a la derecha del Padre.


4. Así pues, la participación en la completa intimidad con el Padre, después del recorrido de nuestra vida terrena, pasa por la inserción en el misterio pascual de Cristo. San Pablo subraya con una imagen espacial muy intensa este caminar nuestro hacia Cristo en los cielos al final de los tiempos: «Después nosotros, los que vivamos, los que quedemos, seremos arrebatados en nubes, junto con ellos (los muertos resucitados), al encuentro del Señor en los aires. Y así estaremos siempre con el Señor. Consolados, pues, mutuamente con estas palabras» (1Ts 4, 17-18). 

En el marco de la Revelación sabemos que el «cielo» o la «bienaventuranza» en la que nos encontraremos no es una abstracción, ni tampoco un lugar físico entre las nubes, sino una relación viva y personal con la santísima Trinidad. Es el encuentro con el Padre, que se realiza en Cristo resucitado gracias a la comunión del Espíritu Santo.
  

Es preciso mantener siempre cierta sobriedad al describir estas realidades últimas, ya que su representación resulta siempre inadecuada. Hoy el lenguaje personalista logra reflejar de una forma menos impropia la situación de felicidad y paz en que nos situará la comunión definitiva con Dios.  

El Catecismo de la Iglesia católica sintetiza la enseñanza eclesial sobre esta verdad afirmando que, «por su muerte y su resurrección, Jesucristo nos ha abierto» el cielo. La vida de los bienaventurados consiste en la plena posesión de los frutos de la redención realizada por Cristo, que asocia a su glorificación celestial a quienes han creído en él y han permanecido fieles a su voluntad. 
 El cielo es la comunidad bienaventurada de todos los que están perfectamente incorporados a él» (n. 1026).

Pero es necesaria aquí nuestra valiente necesidad de "confesar" a Cristo delante de los hombres, como hermosamente citaba el Papa en otro discurso:----..........
        ...Por otra parte, desde la perspectiva de los evangelios, la intimidad y la plenitud que tiene por ser «hijo» de ninguna manera se ven perjudicadas por este desconocimiento. Al contrario, precisamente por haberse hecho solidario con nosotros es decisivo para nosotros ante el Padre: 
 «A todo el que me confesare delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre, que está en los cielos; pero a todo el que me negare delante de los hombres, yo le negaré también 
delante de mi Padre, que está en los cielos» (Mt 10, 32-33). 

Confesar a Jesús delante de los hombres es indispensable para que él nos confiese delante del Padre. En otras palabras, nuestra relación filial con el Padre celestial depende de nuestra valiente fidelidad a Jesús, Hijo predilecto(Papa Bndto.XVI)


 ........y recuerda, ... todo lo dicho......será con persecución y sufrimiento........porque como dice S.Agustín:
"si quieres ser cristiano prepárate a sufrir persecuciónes".....porque Dios castiga y corrige a sus hijos predilectos.......si, pues, renuncias a la corrección y al sufrimiento, renuncias, también, a ser "Predilecto del Señor"..............
  Mas eso no quiere decir que seamos abandonados......pues no permitirá Dios que la tentación supere tus fuerzas.......

Dice Pablo....en todo esto vencemos por Aquel que nos amó........sí, somos derribados, mas no aniquilados.
 y con los sufrimientos viene también su socorro y compañía.  

 No es mas el discípulo que el Maestro.............. pero si sufrimos con Él reinaremos con Él.

Porque así dice Marcos en su evangelio: 
 Jesús empezó a sentir terror y pavor.....y sudaba gotas de sangre.......mas al fin un ángel le confortaba.
Como está escrito en los salmos de muchas maneras....
 "Cuando el pobre grita, clamando a Dios auxilio, el Señor lo oye y le libra de todas sus angustias......
.................pues no permitirá el Señor que el justo caiga abandonado.



V.  El agua que yo les daré se convertirá dentro de ellos
 en un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna.
R/. Y habrá vida donde quiera que llegue la corriente. 


De otra parte los padres de la Iglesia comentan:
Orígenes explicaba así la resurrección:

Porque llegará ciertamente un tercer día, y en él nace un cielo nuevo y una tierra nueva, cuando estos huesos, decir, la casa toda de Israel, resucitarán en aquel solemne y gran domingo en el que la muerte será definitivamente aniquilada. Por ello, podemos afirmar que la resurrección de Cristo, que pone fin a su cruz y a su muerte, contiene y encierra ya en sí la resurrección de todos los que formamos el cuerpo de Cristo. Pues, de la misma forma que el cuerpo visible de Cristo, después de crucificado y sepultado, resucitó, así también acontecerá con el cuerpo total de Cristo formado por todos sus santos: crucificado y muerto con Cristo, resucitará también como él. Cada uno de los santos dice, pues, como Pablo: Lo que es a mí, Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, en la cual el mundo está crucificado para mí, y yo para el mundo.
Por ello, de cada uno de los cristianos puede no sólo afirmarse que ha sido crucificado con Cristo para el mundo, sino también que con Cristo ha sido sepultado, pues, si por nuestro bautismo fuimos sepultados con Cristo, como dice san Pablo, con él también resucitaremos, añade, como para insinuarnos ya las arras de nuestra futura resurrección.
R/. Vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo. Él habita en vosotros porque lo habéis recibido de Dios. No os poseéis en propiedad, porque os han comprado pagando un precio por vosotros. Glorificad a Dios con vuestro cuerpo.
V/. No os volváis inmundos: sed santos, porque yo soy santo.
R/. Glorificad a Dios con vuestro cuerpo. 


San Hilario lo expresa así:
San Hilario :Tratado sobre los salmos 64,14-15 

La acequia de Dios va llena de agua, preparas los trigales. No hay duda de qué acequia se trata, pues dice el salmista: El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios. Y el mismo Señor dice en los evangelios: El que beba del agua que yo le daré, de sus entrañas manarán torrentes de agua viva, que salta hasta la vida eterna. Y en otro lugar: El que cree en mí, como dice la Escritura, de sus entrañas manarán torrentes de agua viva. Decía esto refiriéndose al Espíritu que habían de recibir los que creyeran en él. Así, pues, esta acequia está llena del agua de Dios. Pues, efectivamente, nos hallamos inundados por los dones del Espíritu Santo, y la corriente que rebosa del agua de Dios se derrama sobre nosotros desde aquella fuente de vida. También encontramos ya preparado nuestro alimento. 

¿Y de qué alimento se trata? De aquel mediante el cual nos preparamos para la unión con Dios, ya que, mediante la comunión eucarística de su santo cuerpo, tendremos, más adelante, acceso a la unión con su cuerpo santo. Y es lo que el salmo que comentamos da a entender, cuando dice: Preparas los trigales; porque este alimento ahora nos salva y nos dispone además para la eternidad. 


A nosotros, los renacidos por el sacramento del bautismo, se nos concede un gran gozo, ya que experimentamos en nuestro interior las primicias del Espíritu Santo, cuando penetra en nosotros la inteligencia de los misterios, el conocimiento de la profecía, la palabra de sabiduría, la firmeza de la esperanza, los carismas medicinales y el dominio sobre los demonios sometidos. Estos dones nos penetran como llovizna y, recibidos, proliferan en multiplicidad de frutos.





R/. Se nutren de lo sabroso de tu casa, Señor, les das a beber del torrente de tus delicias,

porque en ti está la fuente viva, y tu luz nos hace ver la luz.

Cristo, pues, nos ha enseñado y la Iglesia lo predica, no para agradar a los hombres sino a Dios:


Esta es la Vida eterna:                  


 Que te conozcan a ti Padre y al que tu enviaste: 

Jesucristo Nuestro Señor!!   




También Nuestra Madre, la Virgen María,  fue subida al cielo.



 Y nosotros lo ansiamos:

Estoy agotado de gritar,
tengo ronca la garganta;
se me nublan los ojos
de tanto aguardar a mi Dios.(Sl 68)
y Cristo, para confirmarlo a sus discípulos, y en ellos a todos nosotros: 
 se transfiguró delante de ellos.

  ------




Dios mío, tú conoces mi ignorancia, 
no se te ocultan mis delitos.
Que por mi causa no queden defraudados
los que esperan en ti, Señor de los ejércitos.(Sl 68)



                       
Así, pues................Todo cuanto existe, cuanto hemos dicho hasta aquí, toda la cultura, la civilización humana, el     arte, la belleza......, LA FELICIDAD, EL TRABAJO, EL AMOR, la amistad, el buen hacer y el mal        hacer......y toda la creación entera CARECEN DE SENTIDO sin la ETERNIDAD,   SIN LA VIDA  ETERNA.              
                                                               
 .....pero si la nada, nada es y si ni siquiera existe--...¿cómo la nada podrá tragarse o aniquilar al ser, a lo que existe? Por tanto hemos de decir que la Realidad se impone.
Sí, pero se impone también la corrupción a la que fue sometida la creación entera......(todo hombre es como flor se seca.....la apariencia de este mundo pasa....se enrRolarán los cielos como una tienda......se gastan como un vestido..)--------
...pero con la esperanza de verse liberada cuando se manifiesten los hijos de Dios. 


Pues los hijos de Dios son Libres, pues los ha liberado el Hijo que tiene poder para darles la libertad.
¡Para ser libres nos liberó Cristo! Él nos liberado de la corrupción de la muerte...........
 Allí donde está el Espíritu está la libertad, pues Dios es Espíritu. (S.Pablo)


 El SER, el existir algo,.... reclama la eternidad...........
 ...como también la libertad, componente previo de la justicia,....reclama el infierno.
   
 La justicia no se aplica a los animales, seres sin libertad, ni a las plantas.....ni a la luna o las galaxias...............Sólo se aplica a personas libres, dotados de libre albedrío para elegir el bien y rechazar el mal que se les presenta.


 Sólo el Ser, que tiene la existencia en sí mismo y el poder de  darla,    podría "aniquilar" algo de lo que fue hecho y existe; de la misma manera que lo llamó a la existencia puede llevarlo al aniquilamiento.
 Mas si es Dios el que ha dicho: 
 y   ..."Las criaturas no tienen veneno de muerte, todo lo creaste para que subsistiera"; ¿Cómo va a querer destruirlo? 
Tiene todo el poder para transformarlo, porque así lo decidió en su plan de salvación. Todo lo hago nuevo, es un hecho. 
La ciencia dice desajustadamente: la materia ni se crea ni se destruye, tan solo se transforma.
Algunos científicos afirman que en el periodo previo a la inflación "mucha materia y antimateria se aniquilaron mutuamente, prevaleciendo un poco más de alguna de ellas". ¿Cómo fue posible si la materia ni se crea ni se destruye?
 Sería ya hora de ajustar el dicho así: La materia creada no se aniquila, tan solo se transforma, ....si es que podemos probar con "total certeza que no se destruye". ¿Se pierde o no información?
 Mas, también, es notorio que el mundo se gasta como un vestido, parece que la polilla lo vaya royendo.......pero eso no es aniquilarlo.
 La muerte es corrupción........por el pecado entró la muerte en el mundo.
 Mas Cristo venció la muerte muriendo en la Cruz voluntariamente aceptada, -sufriendo aprendió a obedecer hasta la muerte y muerte de Cruz-.  Por eso Dios lo Resucitó y lo exaltó y le dio el nombre más grande que existe.
http://www.groone.com/lnk-oE22ErkEbvc_Dread+mar+i+-+Tu+sin+mi+-+Vivi+en+do+(letra).h «El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará.» Jn 12, 25)...    de ramillete espiritual.

Lam 3ss......

Fíjate en mi aflicción y en mi amargura, en la hiel que me envenena; no hago más que pensar en ello, y estoy abatido.

Pero hay algo que traigo a la memoria y me da esperanza: que la misericordia del Señor no termina y no se acaba su compasión; antes bien, se renuevan cada mañana: ¡qué grande es tu fidelidad! El Señor es mi lote, me digo, y espero en él.

El Señor es bueno para los que en él esperan y lo buscan; es bueno esperar en silencio la salvación del Señor; le irá bien al hombre si carga con el yugo desde joven.

Que se esté solo y callado cuando la desgracia descarga sobre él; que pegue la boca al polvo, quizá quede esperanza; que entregue la mejilla al que lo hiere y se sacie de oprobios.

Porque el Señor no rechaza para siempre; a
 
unque aflige, se compadece con gran misericordia, porque no goza afligiendo o apenando a los hombres. 
R/. Los que me odian sin razón me han dado caza, 
y pienso: «Estoy perdido.» 
Oíste mi voz, Señor, y me dijiste: «No temas.»
Te encargaste de defender mi causa y de salvar mi vida.

Nos has creado Señor para tí, exclamará San Agustín...............


... y maravillosamente lo expone San Bruno: 



Comentario sobre los salmos 83

¡Qué deseables son tus moradas! Mi alma se consume y anhela llegar a los atrios del Señor, es decir, desea llegar a la Jerusalén del cielo, la gran ciudad del Dios vivo.

El salmista nos muestra cuál sea la razón por la que desea llegar a los atrios del Señor: «Lo deseo, Señor, Dios de los ejércitos celestiales, Rey mío y Dios mío, porque son dichosos los que viven en tu casa, la Jerusalén celestial».

Es como si dijera: «¿Quién no anhelará llegar a tus atrios, siendo tú el mismo Dios, el Señor de los ejércitos, el Rey del universo? ¿Quién no anhelará penetrar en tu tabernáculo si son dichosos los que viven en tu casa?» Atrios y casa significan aquí lo mismo.

Y cuando dice aquí dichosos ya se sobrentiende que tienen tanta dicha cuanta hombre es capaz de concebir.

Por ello, son dichosos los que habitan en sus atrios, porque alaban a Dios con un amor totalmente definitivo, que durará por los siglos de los siglos, es decir, eternamente; y no podrían alabar eternamente, sino fueran eternamente dichosos.

Esta dicha nadie puede alcanzarla por sus propias fuerzas, aunque posea ya la esperanza, la fe y el amor; únicamente la logra el hombre dichoso que encuentra en ti su fuerza, y con ella dispone su corazón para que llegue a esta suprema felicidad, que es lo mismo que decir: única mente alcanza esta suprema dicha aquel que, después de ejercitarse en las diversas virtudes y buenas obras, recibe además el auxilio de la gracia divina; pues por sí mismo nadie puede llegar a esta suprema felicidad, como lo afirma el mismo Señor: Nadie ha subido al cielo - se entiende por sí mismo-, sino el Hijo del hombre que está en el cielo.

Afirmo que dispone su corazón para subir hasta esta suprema felicidad, porque, de hecho, el hombre se encuentra en un árido valle de lágrimas, es decir, en un mundo que, en comparación con la vida eterna, que viene a ser como un monte repleto de alegría, es un valle profundo donde abundan los sufrimientos y las tribulaciones.

Pero, como sea que el profeta declara dichoso al hombre que encuentra en ti su fuerza, podría alguien preguntarse: «¿Concede Dios su ayuda para conseguir esto?» A ello respondo: «Sin duda alguna, Dios concede a los santos este auxilio.» 

En efecto, nuestro legislador, Cristo, el mismo que nos dio la ley, nos ha dado y continuará dándonos sin cesar sus bendiciones; con ellas nos irá elevando hacia la dicha suprema, y así subiremos, de altura en altura, hasta que lleguemos a contemplar a Cristo, el Dios de los dioses; él nos divinizará en la futura Jerusalén del cielo: por esto, allí podremos contemplar al Dios de los dioses, es decir, a la Santa Trinidad en sus mismos santos; es decir, nuestra inteligencia sabrá descubrir en nosotros mismos a aquel Dios a quien nadie en este mundo pudo ver, y de esta forma Dios lo será todo en todos. 






2-EN CRISTO RESUCITADO, DIOS NOS HA CUMPLIDO TODAS LAS PROMESAS. 


porque dice.....Ez.18 

31 Descargaos de todos los crímenes que habéis cometido contra mí, y haceos un corazón nuevo y un espíritu nuevo. ¿Por qué habéis de morir, casa de Israel?
32 Yo no me complazco en la muerte de nadie, sea quien fuere, oráculo del Señor Yahveh. Convertíos y vivid-// 



--.......
.Mas Tú Señor nos realizas todas nuestras obras.

Anunciadas ya en 
EZ, 36........ 




24 Os tomaré de entre las naciones, os recogeré de todos los países y os llevaré a vuestro suelo. 


25 Os rociaré con agua pura y quedaréis purificados; 

de todas vuestras impurezas  


y de todas vuestras basuras os purificaré. 


26 Y os daré un corazón nuevo, infundiré en vosotros un espíritu nuevo, 



quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. 


27 Infundiré mi espíritu en vosotros y haré que os conduzcáis 



según mis preceptos y observéis y practiquéis mis normas. 


28 Habitaréis la tierra que yo di a vuestros padres. Vosotros seréis mi pueblo



y yo seré vuestro Dios.





29 Os salvaré de todas vuestras impurezas, 



llamaré al trigo y lo multiplicaré y no os someteré más al hambre. 



.......... 

31 Entonces os acordaréis de vuestra mala conducta y de vuestras acciones 



que no eran buenas, y sentiréis asco de vosotros mismos 



por vuestras culpas y vuestras abominaciones. 



32 No hago esto por vosotros - oráculo del Señor Yahveh - sabedlo bien.

 Avergonzaos y confundíos de vuestra conducta.... 




---------------------------------------y -------cumplidas en Cristo 



----------que serán un hecho en nosotros que esperamos y confiamos en El.

como dice S. Pedro--2
 P, 3,10sss 

10 El Día del Señor llegará como un ladrón; en aquel día, los cielos, con ruido ensordecedor, se desharán; los elementos, abrasados, se disolverán, y la tierra y cuanto ella encierra se consumirá. 
11 Puesto que todas estas cosas han de disolverse así, ¿cómo conviene que seáis en vuestra santa conducta y en la piedad,
12 esperando y acelerando la venida del Día de Dios, en el que los cielos, en llamas, se disolverán, y los elementos, abrasados, se fundirán?

13 Pero esperamos, según nos lo tiene prometido, nuevos cielos y nueva tierra, en lo que habite la justicia.

14 Por lo tanto, queridos, en espera de estos acontecimientos, esforzaos por ser hallados en paz ante él, sin mancilla y sin tacha.

15 La paciencia de nuestro Señor juzgadla como salvación, como os lo escribió también Pablo, nuestro querido hermano, según la sabiduría que le fue otorgada

---------------



R/. Ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.

 
 Reconocimiento
Termino rogando a quien quiera leer estas páginas que  perdone mis fallos y rece por mi un padrenuestro y un ave maría si puede, no lo merezco, pero quizás Dios tenga por ello, misericordia de mi y perdone mis pecados que son muchos.
 Muy agradecido a los que hacen bien las cosas, de los que he tomado todo lo bueno, imágenes, textos, vídeos, cantos....en especial cantos neo-catecumenales y otros más.
 Sin embargo todos los errores, el desorden, la descoordinación, el bochornoso lío de enlaces rotos, los comentarios inadecuados o inentelegibles....son totalmente míos.
 Una cosa más,.......hasta yo mismo me canso y me abochorno cuando me leo a mi mismo. Un rollo todo. 
Se dice, atribuido a  Baltasar Gracián que "lo bueno si breve dos veces bueno.......y lo malo, si poco, menos malo....
Pero a mi parecer si lo bueno es bueno de verdad, cuanto más MEJOR. Si es breve, breve será el disfrute de lo bueno.
Si algo deseamos es ser felices siempre, en todo momento y en todo lugar: Eso es algo de Vida Eterna.
Pero yo me canso, aquí y ahora.....no soporto rollos....será que no son tan buenos como para mantenernos en alerta, tranquilos y felices.
A mi me pasa también con muchos otros actos de la vida........pero en la oración con la Palabra he notado que a veces está detrÁs el Espíritu Santo, en medio y al final,  soplando cerca del oído, para hacerme escuchar;.....entonces se abre el Corazón, se oye diferente, se entiende, no cansa, porque Él enciende la Palabra, la llena de sentido, de fuerza, de gracia que salva. 
¡Envía Santo Espíritu un rayo de tu luz, enciende nuestro corazón en el fuego de tu amor.!
 Si, pues, te cansas, descansa, tú eres tu propia medida en la lectura, ........... una página a la semana, al mes......o ninguna........ tu mismo. La paz  del Señor con todos.





Ahora, pues,
XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX

Siempre y en todo caso, BENDITO 
SEA DIOS QUE NOS ALIENTA EN 
NUESTRAS LUCHAS.
---
y  conmigo  
   Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.






pues----------------dice la palabra en 
 Ap 7,10.12
¡

La victoria es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero! 

La alabanza y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y el honor y el poder y la fuerza son de 
nuestro Dios, por los siglos de los siglos. Amén. 

y alegra de tu corazón avivando la esperanza recordando 

lo que nos dice en: 

1 Jn: 

"Seremos semejantes a Cristo, porque le veremos tal cual es". Sólo el hombre que participa del ser de Dios puede ser admitido en la intimidad de su vida. El conocimiento de Dios es propio y exclusivo de Dios mismo: "nadie conoce al Hijo sino el Padre...". De nuevo es el ser-con-Cristo el que nos otorga la filiación divina, la auténtica divinización.








 Sí, la Victoria es de Cristo.

Ante el Señor se doblará toda rodilla
 en el cielo y en la tierra.

AMEN, AMEN, ALELUYA...
EL SEÑOR viene




 













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